La inmigración, uno de los principales temas que preocupa a los españoles, ha sido también uno de los pilares más importantes entorno a los que han girado las campañas tanto del PP como del PSOE. Este tema ha vuelto a ser motivo de polémica y tachado nuevamente de problema.
Pero en muchas ocasiones las opiniones acerca de este aspecto no están basadas más que en oídas o meras suposiciones. La realidad, en casos como el español, es que de la población de inmigrantes que entra en nuestro país solo un reducido porcentaje pertenece al colectivo que entendemos como dependiente (menores de 15 años y mayores de 65). Así, los inmigrantes aportan al Estado, de forma neta, más que la población nacional.
Los dos partidos mayoritarios han incluido en sendos programas electorales amplios apartados en los que se trata este tema. El programa del PSOE apuesta por la "Igualdad plena de derechos y deberes para todos quienes residen regularmente en España", mientras que el del PP aboga por un "nuevo modelo de integración basado en el respeto a nuestros principios y valores constitucionale
Sea como fuere, a los españoles no nos queda más que admitir que nos encontramos ante una nueva realidad con la que, lejos de las decisiones de los "mandamases", tenemos que convivir. La idea de inmigración como problema se basa en el miedo a lo desconocido, al que es diferente. Miedo que solo podremos paliar a través del conocimiento, convirtiéndonos en una comunidad multicultural en la que no se imponga ninguna idea. Solo así podremos constituir un todo, basado en la comprensión y respeto mutuos.
Por Ana Molpeceres.
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